sábado, 2 de julio de 2005

The Cure en Live 8

Esta tarde, con un calor regio de la chingada, un vaso gigantesco con agua y el solazo friéndome las nalgas,y muy a pesar de la chafencia de los webcasts pero con la fortuna de las conexiones rápidas, presencié el acto THE CURE en Live 8

Hace unos días Der Spiegel, un viejo tabloide de Hamburgo (http://www.spiegel.de/), calificó al Live 8 como la versión siglo XXI de los "atomfree concerts" que se hacían en los 70's y 80's; la versión actualizada de WE'RE THE WORLD, WE'RE THE CHILDREN con imágenes de niños africanos moribundos frente a marranos gringos ahogados en McDonald's y europeos nadando entre croissants, cerveza y pan.

Una nota por ahí decía que qué raro que The Cure se involucrara en un evento politizado, donde nunca faltan ni faltarán las pegajosas presencias de gente como U2 y su a-Bono, Elton John y demás divas y pirujas del "save the world for free just shopping my album".

Pero independientemente de todo eso -que yo creo que finalmente a todos nos vale madre-, mientras en Londres se regodeaban entre cerveza, hooligans y las noches imposibles de verano en el Hyde Park, en Versalles apareció este gigante cuarteto que es ahora The Cure.

Me cuesta trabajo articular las sensaciones provocadas por la primera parte del setlist (Open-100 Years-End), así que lo haré en una especie de listado:

1. Perry y Roger no son necesarios para lo que The Cure significa en estos momentos
2. Porl es sin duda mucho mejor que Perry. Cierto, ya no es el guitarrista de movimientos afeminados de los 80's, ya no es esa araña histérica en cuerpo, pero lo es EN EL ALMA porque toca igual o mejor de chingón (puede que se haya sentido nervioso por ser su primera actuación con The Cure en años, puede simplemente que sea su edad que le ha arrebatado esa plasticidad fisica que demostró durante 8 años continuos con The Cure-, pero definitivamente su destreza guitarrística ha madurado para bien y las garras, los temblores, las profundas heridas de muerte que dejó con esa versión de 100 Years y de End son para arremolinarse inmediatamente ante un altar en su nombre. God save Porl Thompson.
3. Hace mucho que no escuchaba una versión verdaderamente AGRESIVA y POTENTE de One Hundred Years, desde las de 1992. Ya no está ese teclado mínimo de Roger que estuvo arruinando la fuerza de la canción durante 10 años. (-Claro, durante el Dream Tour y los conciertos del año pasado jamás hubiera pensado que diría esto; las interpretaciones eran buenas, pero a comparación de lo que nos han dado hoy, NO SON NADA porque los arreglos de teclado -ahora pienso- eran como ponerle crema chantilly a unos tacos).
4. Perry era un pusilánime para tocar la guitarra (nomás de repente, me cae, cuando según él se emocionaba). Yo creo que pro eso Ross Robinson (y conste que no lo estoy defendiendo) se llevaba mal con él: sentía que no le echaba huevos, quizás? Ok, esto es un apreciación cien por ciento subjetiva
5. Por su parte, para cute Jason Cooper solo tengo un THUMBS UP porque ya no es el niño pendejin y nervioso del Swing Tour, no el adolescente adulto en maduración del Dream Tour, sino JASON COOPER. Distancias salvaguardadas respecto a Boris Williams, pero saben, es como si uno de los mejores poetas de nuestros tiempos quisiera ponerse a tortillear con Sor Juana u Octavio Paz. Yo sé, mi comparación es quizás poco apropiada pero no se me ocurre otro recurso.
6. Aún así pienso que este The Cure de batería y guitarra va a tener problemas con las rolas pop: me gustó el detalle de Porl de tocar la parte del piano de JLH con su guitarra, pero sinceramente no sé que me dio que Robert hiciera el resto sin la acústica. Parecía como un cover de Linkin Park de JLH. No descarto los buenos puntos de esta rola, pero honestamente no me satisfizo. ¿Será la falta de costumbre?
7. BDC, no es de mis rolas favoritas -lo fue como de gancho cuando escuché a The Cure por primera vez, pero es como cuando amas a García Márquez cuando apenas te comienzas a descubrir la literatura, se convierte en tu gancho hacia algo más, pasas algo más denso y más chido y sabes que aquello primero leído es un CLÁSICO, pero quizás ya no te llega tanto. Otra vez: la comparación quizás no es la más adecuada y guardemos las distancias)
8. En resumen: Open-100Y-End fue mi parte favorita y quiero que esas heridas de muerte dejadas por la guitarra, el bajo y la batería terminen por consumar mi vida.
9. Me parece que ROBERT SMITH está excelente forma, mucho mejor que el año pasado.
10. La banda toca con más huevos

Epílogo:
Me fascinó esta actuación, pero aún asi debo confesar que me quedé como si hubeira tenido un orgasmo interrumpido. Qué rico se siente, pero no mamen, no interrumpan. Hubiera querido un setlist más largo, no sé, al menos dos canciones más, así como le dieron su chance larguita a Pink Floyd y al ridículo de Robbie Williams.

es todo

ergo dixit

Boigen

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